viernes, 30 de julio de 2010

Fragmento cualquiera.

Cuando recobró la consciendia por segunda vez, se sentía fisicamente tan débil como antes, pero con la mente algo más despejada. Lo que vio al abrir los ojos no fue el interior de una nube, pero al principio volvieron a acudir a su mente las mismas palabras, belleza blanca. En ciertos aspectos era el lugar más hermoso en que Roland había estado en su vida... en parte porque aún tenía una vida, por supuesto, pero sobre todo porque era fantástico y sereno en extremo.

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