viernes, 11 de febrero de 2011

Suicidio visionado.

Allí estaba yo, en la azotea, mirando desde arriba mis pupilas mientras estas como con el resto de mi cuerpo se iba alejando, volviéndose cada vez menos nítidas. Caí; nadie puso sus manos para amortiguar mi caída, tampoco había nada que se interrumpiera entre contacto de mi cuerpo con el suelo frío, todo fue directo y brutal.

Cuando por fin parpadee y fui consciente de lo que había sucedido me quede observando la masa roja, recorrí con la mirada los ríos de sangre. Supe que tardaría mucho tiempo en limpiarlo, pero no me importaba, no había nada que salvar, ya solo era un despojo.

Me había tirado a mi misma.

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