Durante un recorrido en globo, descubren un buen número de cuerpos humanos esparcidos por los sembrados y las acequias de los pueblos de la Ciénaga Grande y, entonces, alguien dice que todas esas muertes son debidas al cólera. Pero el doctor Urbino, con fina ironía afirma: “Pues debe ser una modalidad muy especial del cólera, porque cada muerto tiene su tiro de gracia en la nuca”.
domingo, 21 de agosto de 2011
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